Vive y deja vivir

Por: Roberto Leiva | El Salvador

Valorar la vida, sin entrar en grandes postulados filosóficos, es amarla, respetarla y preservarla. ¿Tan difícil suena?.

Grayson James Walker El aborto no es una cuestión complicada como suele pensarse. Simplemente la práctica cero de dicho horror humano es más que suficiente para terminar con el «dilema» inexistente.

En los últimos días, una mujer de nombre Beatriz ha puesto de cabeza el aparato legislativo de este país. Su notable falta de conciencia desencadenó iniciativas para aprobar la práctica del aborto, su legalización. Me permito desde la premisa «Déjame vivir» que promueve este sitio, para hacer un llamado a la conciencia de quienes defienden el «Ser Mujer» para decirles con toda franqueza, que al practicar el aborto, renuncian de forma miserable a su privilegio de serlo.

El feminismo y otros movimiento similares se excusan sus derechos bajo consignas como: «Viviendo el feminismo reinvindico mi derecho a ser mujer». Por favor, que manera más primitiva de hacer política a favor de la mujer. Todos somos iguales, nadie es más, ni menos, independiente del sexo, raza o género. Pero si posturas extremas creen que contrarrestaran el actual aparato de desprecio, pues el camino, será el abismo de siempre, aquel que siempre busnque confrontar, y no afrontar.

Muchas malas decisiones y accidentes son parte de las acciones previas a un embarazo no deseado. Desde la perspectiva que sea, hay algo que está claro, y negarlo, es querer tapar el sol con una mano. La criatura engendrada, NO tiene la culpa de nada. Si entender esta pequeña concepción de cómo preservar la vida de un no nacido es tan difícil de asumir, afrontar y reconocer, creo que ha nada bueno ha avanzado el pensamiento de siglos, y la lucha de grandes mujeres que defendieron la vida, con amor, valor y sangre en siglos pasados, no tiene entonces ningún sentido.

Si hay miles de no creyentes que están a favor del aborto, permítanme decirles que hay una ley natural, que también se llama derecho a la vida, y pese a que al parecer no tiene ningún fundamento religioso, negarlo estaría también en contra de su visión de dignidad sin ataduras de creencias. Es decir, no hay excusas.

El aborto, es desde el catolicismo, el pecado más abominable ejecutado por el ser humano. Es atroz conocer que países en Latinoamérica ya han legalizado esta práctica, de nosotros depende que no sea así.

He leído frases como: «Mi vientre es mío, no de la iglesia católica, ningún cura tiene poder sobre mi naturaleza», por favor, posturas así no hacen más que sembrar la incomprensión, la intolerancia y estar a favor de un asesinato en toda su dimensión.

«Déjame Vivir», si el embrión, el feto, el humano en gestación pudiera hablar, seguramente lo diría. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie, y menos, a un no nacido. Reflexionar en ello, seguro recordará los límites de la libertad de pensamiento, diferente al libertinaje. Yo sueño con que mi país, no legalice jamás esta práctica, bajo ninguna excusa. ¿Y tu?.

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