Asumir la paternidad y maternidad responsable desde el embarazo

Por: Jimmy Mejía | El Salvador

Familia1

La paternidad y maternidad responsable es algo que todos aquellos que se transforman en padres y madres deben tener presente antes que nuestro bebé vea la luz de este mundo por primera vez, teniendo como base de todo nuestro amor hacía nuestra pareja e hijo a Dios, pues sin él nada es posible.  Ser padres no es la simple acción que implica tener a nuestro cargo a un pequeño ser humano, ser padres va más allá de decir: “hijo mío”, hay que tomarlos de la mano y enseñarles el camino del bien, el camino de Dios.

Debemos asumir esa responsabilidad desde el embarazo de nuestra pareja, es decir, el hecho que el nuestro hijo aún se encuentre el vientre no quiere decir que todavía no somos padres, pues debemos hacerle saber y sentir a nuestro hijo que él o ella será bienvenido a este mundo y no será una “carga económica o compromiso”, sino, que más bien será la razón que le dará un mayor sentido a nuestras vidas en todo el significado de la palabra.

Paternidad y MaternidadEs por eso que desde el embarazo hay que comenzar a pensar en nuestro hijo y dejar la individualidad propia a un lado, priorizando como eje de nuestras vidas a ser que es fruto del amor.

La responsabilidad que asumimos como padres implica amar, educar, orientar, corregir, guiar, ser templados en momentos difíciles, pero al mismo tiempo ser dóciles, etc. Debemos enseñar con el ejemplo y no dictando órdenes como si de un militar se tratará.

Debemos darle una vida cubriendo todas sus necesidades con todo lo que sea necesario, si bien esto no quiere decir que tenemos que llenarlos de cosas innecesarias, así como también el hecho de no ser una familia acaudalada implica que nuestro hijo va a vivir carencias.  Puesto que cubrir esas necesidades económicas es sólo una parte de asumir esa paternidad y maternidad responsable.

En la medida que logremos cubrir esas necesidades afectivas y económicas estaremos siendo responsables con nuestro hijo, y por su puesto sin olvidar que todo es posible debido a la gracia de Dios.

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