2014 Año de La Familia

Por:  Melissa Núñez | El Salvador

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Este año ha sido declarado Año de la Familia por la Iglesia y por la ONU para conmemorar el 20 Aniversario del Año internacional de la Familia celebrado en 1994. Lo que aparentemente es un acuerdo de principios, podría no serlo si se tiene una visión muy equivocada de la misma realidad debido a influencias de ideologías de género. La familia es la unión permanente  de un hombre y una mujer para la procreación y educación de los hijos. Para otros, sin embargo, la familia es un grupo de personas que conviven juntas independientemente del sexo de quienes la forman, su tiempo de duración, capacidad de originar vida juntos, y de un verdadero compromiso estable de brindar seguridad emocional y educación de los menores en ese grupo.

El primer concepto proviene de la naturaleza y las pruebas que las ciencias naturales y sociales nos han dado sobre lo que es un ser humano, sus necesidades, su origen y su fin, su papel en la sociedad y las consecuencias personales y sociales que de este núcleo provienen. El segundo concepto está malentendido desde que va contra la naturaleza y así lo dicen las ciencias: contra la biología (dos seres del mismo sexo no pueden tener unión), contra la ética (una unión de este tipo podría ser afectiva, pero no es un ejemplo de amor, entrega y compromiso de fidelidad para toda la vida), contra la psicología (una persona no necesita dos padres o dos madres para crecer en un ambiente seguro física y emocionalmente).

No es cuestión de religión, es la naturaleza quien lo demanda así. Aristóteles cuatro siglos antes de la Iglesia en su  Ética a Nicómaco ya había descubierto que “El hombre por su naturaleza está más inclinado a vivir en pareja que a asociarse políticamente puesto que la familia es algo anterior y más necesario que el Estado” y la misma Declaración de los Derechos del Hombre art. 16 afirma que “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad.”

La Familia

La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad

Sin embargo, a pesar de la naturaleza, las  ciencias, la historia, es necesario en la actualidad declarar un Año de la Familia como medida de defensa en contraparte a los numerosos ataques que hay por personas interesadas en que las células de la sociedad sean células cancerígenas para sacar algún provecho de esto. Todos los días se leen iniciativas en los periódicos virtuales y plataformas de organización ciudadana sobre la defensa de la familia natural (mal llamada familia tradicional), y en contra de estas asociaciones que buscan a todas luces la satisfacción de intereses individuales encima del bien común y que están ganando cada vez más espacios para hacerse escuchar y valer, argumentando unos falsos derechos humanos, a la elección de sus prácticas sexuales, de sus uniones, de adopción de niños, de ganar espacio en la legislación y en la educación de acuerdo a sus estándares y opiniones en materia de sexualidad y moral. En El Salvador se observa también la lucha sobre lo que define esta célula, llegando incluso a querer adaptar la definición de familia a la unión de dos seres del mismo sexo que se llaman a sí hombre y mujer sin serlo realmente uno de ellos, para lo que hace falta el absurdo de agregar hombre y mujer «así nacidos» en virtud de la defensa de la verdad cuando en realidad no hace falta porque el cambio de sexo no existe. (Sí existe el cambio de órganos genitales, más no de la configuración biológica de cada sexo)

En Europa algunas organizaciones ciudadanas como The Family Watch y  el IESE están presentando proyectos  a la ONU para promover el respeto y protección de la institución familiar. En nuestro país, los candidatos y partidos políticos ven los problemas de violencia, educación,  pobreza, desempleo,  subdesarrollo, valores, y ofrecen medidas paliativas,  pero ninguno hace un análisis estudioso de las causas, la raíz de la crisis que es la ausencia general de familias bien conformadas. Depende de nosotros  ciudadanos la revalorización y  la reconstrucción de la familia como base de una sociedad saludable, podemos y debemos unirnos a tantas iniciativas en su promoción, pronunciarnos y exigir leyes que la protejan, emitir el voto conscientes de que quien elegimos hará  un servicio, o por lo menos respetará la familia y la educación de los hijos, y haciendo una intensa labor personal con nuestros conocidos, cercanos y personas a nuestro cargo sobre la importancia de este tema y la responsabilidad que conlleva. Que este año de la Familia sea verdaderamente un año en el que trabajemos todos según nuestras posibilidades en la búsqueda de una sociedad saludable.

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