Una flor para las verdaderas víctimas

Por: Juan Carlos Castro | El Salvador

Una flor por las verdaderas víctimas

La campaña una flor por las 17,  liderada por la Agrupación Ciudadana por la despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico ha dado mucho de qué hablar estas últimas semanas. La colectiva feminista manifiesta que estas mujeres sufren injustas y desproporcionadas condenas ya que la mayoría vivían en situación de pobreza por lo que atravesaron por problemas obstétricos, sufrieron pérdidas del embarazo o experimentaron partos sin asistencia sanitaria y abortaron.

La campaña, en primer lugar es difusa, porque aunque se trata de 17 casos reales, no se da mayor información sobre cada uno, únicamente se hace énfasis en que las mujeres fueron acusadas por aborto y que luego fueron juzgadas por homicidio agravado, cambiando la tipificación del delito y afrontando mayores penas. Lo borroso de la campaña hace inferir que se quiere ocultar información y que esta operación tiene otros objetivos, que es un caso más de bandera para despenalizar el aborto.

El Instituto de Medicina Legal ha dado pruebas e información sobre los expedientes de los casos. Indiscutiblemente, en el 100% de los casos, no se trata de la presunción del delito de aborto sino de infanticidio, es decir que los bebés nacieron vivos en todos los casos y que la muerte del bebé se produjo después del parto de manera estremecedora, causando la muerte por asfixia, heridas o golpes contundentes según las autopsias.

“Una flor por las diecisiete, no dejemos que sus vidas se marchiten” es el eslogan de la campaña, haciendo referencia a lo injusto de las penas establecidas en los juicios de cada una de las 17 mujeres. A la luz de la sociedad y justicia salvadoreña estos casos fueron juzgados con pruebas y testigos, con una pena impuesta, que aunque injusta para las verdaderas víctimas (los bebés), es justa para los 17 mujeres según las leyes salvadoreñas.

Una flor por las diecisiete, es una campaña que cumple con los tiempos de agenda de ONG’s y agrupaciones feministas e indiscutiblemente con presupuestos de varias fuentes de financiamiento internacionales. Pero es una campaña que trata de influir en la sociedad utilizando engaños, es absurdo para una sociedad civilizada utilizar mentiras para perseguir propósitos escondidos y que algunos políticos los apoyen, pero es más absurdo todavía pensar en el indulto de delitos tan crueles y de los que El Salvador está cansado con el aumento de la violencia y la impunidad.

Estos casos son el reflejo de una sociedad llena de agresividad, a quien no le importa sobrepasar al más débil para lograr sus intenciones. Destello que también llega a las organizaciones promotoras de estas campañas que muchas  veces buscan retribución económica y que ilógicamente utilizan una doble moral, utilizando casos tan desagradables y vergonzosos para la sociedad, presentando así, una situación de violencia contra las mujeres por parte del estado y olvidándose de los bebés,  verdaderas víctimas de estos casos para los cuales sí debe ofrecerse una flor. La sociedad debe luchar por los valores, no tener doble moral y ser honesta en la persecución de sus metas, hacer respetar el Estado de Derecho y no influenciar con engaños.

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