Una opinión puede salvar una vida

Por: Angela Quiroz | Perú

1 Las ocasiones en las que una opinión puede salvar una vida

Pienso que uno de los problemas más grandes a los que se enfrenta nuestra sociedad, y en especial los jóvenes,  es el de dejarse influenciar fácilmente ante ideologías o corrientes sin fundamento, ello debido a una mala o poca información. Quise evocarme en aquellas personas que piensan y defienden equivocadamente, un “derecho a decidir sobre su propio cuerpo”, pensando que tales ideas –egoístas al fin y al cabo- deben prevalecer por sobre todas las cosas. Porque al final, detrás de cada decisión de abortar hay una voz que aconseja o sugiere hacerlo; ya sea la voz de un amigo, familiar, una voz interna, etc. Y pienso que está en nuestras manos poder ayudar a que esa decisión se tome de la forma más prudente posible. Ya sea que fueras jurista, médico, psicólogo, ese amigo, ese familiar o la persona que esté a punto de decidir sobre “su cuerpo”.

Para los que no estaban muy enterados, en Perú se aprobó el protocolo de aborto terapéutico[1], bajo el título de  “Guía Técnica Nacional para la estandarización del procedimiento de la Atención Integral de la gestante en la Interrupción Voluntaria por Indicación Terapéutica del Embarazo menor de 22 semanas con consentimiento informado en el marco de lo dispuesto en el artículo 119º del Código Penal”.[2]

Nótese: lo de consentimiento informado, y precisamente a esto me refiero con que el aborto es un problema de todos, pues tras ésta decisión de la mujer de dar su consentimiento para la interrupción de su embarazo, supone una información para ello, información que básicamente debe ser objetiva, y cierta.

Dentro de las consideraciones específicas de la mencionada guía, se establece que: “La  interrupción voluntaria por indicación terapéutica del embarazo menor de veintidós (22) semanas, es una alternativa que se considera cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave o permanente. Esta situación y dicha alternativa deben ser puestas en conocimiento de la gestante afectada para que, de manera voluntaria e informada, pueda decidir si desea optar o no por la referida alternativa (…)” [3]

Y es que si las personas no tienen idea de lo que en el fondo dicen esos mensajes, o de lo que se pretende con las ideas abortistas, mucho menos lo sabrá alguna mujer al momento crítico de estar embarazada y tener en sus manos la difícil decisión de continuar o darle fin a la vida de su hijo. Porque sépanlo bien, es mentira que el concebido es un conjunto de células, es mentira que la vida de la mujer puede estar en riesgo extremo y la ÚNICA solución es matar al concebido, y por último es mentira que se trata de “su propio cuerpo”.

La Sociedad Peruana de Derecho Médico, aseguró que “La norma en cuestión no hace sino evidenciar la existencia de ideologías y políticas públicas ajenas a nuestras normas y costumbres jurídicas y médicas, que con un fuerte financiamiento externo y animosa presión mediática ya causaron grave daño a nuestra sociedad, como fue la política eugenésica de esterilizaciones masivas, llevadas a cabo en años pasados para proteger la vida y la salud de la mujer peruana.”[4]

Asimismo, Jesús Bonilla, Presidente de la Federación Médica, al criticar el protocolo, señaló que debía sopesarse el riesgo y el beneficio, pues debía buscarse un resultado óptimo el cual era que tanto la madre como el bebé salieran bien. En la misma línea, el Sindicato Nacional Médico del Seguro Social del Perú, advirtió que existía una incongruencia en la relación de la gravedad de los cuadros clínicos y el nivel de atención con el que se pretendía solucionar, además de ser una limitación a los profesionales para intentar salvar ambas vidas, en busca de la viabilidad fetal como hacen en la actualidad, es decir, si ya logró vivir 22 semanas, es posible que el niño pueda vivir mucho más.

Entonces, si buscamos concientizar a las personas e informarles sobre el verdadero sentido de la guía, no permitamos que piensen que el único medio es darle muerte a un ser indefenso, porque de lo que se trata es de que brindemos mecanismos menos lesivos incluso para ella misma.

En esta línea, el aborto no sería un medio al que deberíamos recurrir, puesto que un médico debe certificar que la vida de la gestante está realmente comprometida, pero antes, la ciencia en estos casos debería proceder con la cura de este riesgo o enfermedad que hace imposible que el embarazo continúe, y si en  este proceso el concebido pierde la vida (así como también podría perder la vida la madre, pues el más débil resulta siendo el perjudicado),ello sería un efecto no querido o no buscado y supondría una consecuencia al tratamiento que los profesionales en salud utilizaron para  salvaguardar la vida de ambos.


[1] Aprobado mediante Resolución Ministerial Nº 486-2014/MINSA del  27 de junio del 2014

[2] Publicación Diario “El Peruano” el 28 de Junio de 2014.

[3] Guía Técnica Nacional para la estandarización del procedimiento de la Atención Integral de la gestante en la Interrupción Voluntaria por Indicación Terapéutica del Embarazo menor de 22 semanas con consentimiento informado en el marco de lo dispuesto en el artículo 119º del Código Penal (…) “6.1 Entidades Clínicas para la interrupción voluntaria por indicación terapéutica del embarazo menor de 22 semanas con consentimiento informado cuando es el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente.”

[4]https://www.aciprensa.com/noticias/video-protocolo-de-aborto-terapeutico-no-sirve-para-nada-asegura-presidente-de-federacion-medica-peruana-15231/

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