Llamados a vivir en el amor

Por: Sara Larín

“Deja que Dios viva contigo y entonces te será más fácil vivir contigo mismo”

El suicidio se ha vuelto un tema común contemplado por los jóvenes, tengo amigos que me hablan de ello todo el tiempo, les gusta presumir su pesimismo y parece que esto los hace más populares en las redes sociales. Cualquiera podría afirmar que se trata de un problema de egoísmo, ya que sufrir tanto suele ser placentero para aquellos que solo piensan en sí mismos. Sin embargo, el suicidio poco tiene que ver con egocentrismos, en realidad se trata de un problema de “sin sentido” de la vida.

El gran malestar de las sociedades actuales se debe a que la persona humana cada día se encuentra en un permanente estado de supervivencia existencial. El “sin sentido” de la vida ha llevado a muchos a supeditarse a los impulsos más básicos de su naturaleza humana, otros en conjunto se acostumbran a relativizar el valor de su dignidad. La gran mayoría cree ser el resultado de las circunstancias y se van convenciendo de que no hay nada verdaderamente trascendental en la cotidianidad, en la familia, en la sociedad y en cada elección de sus vidas.

Si te encuentras con la necesidad de estar en sintonía con lo que te rodea, primero debes saber que nuestra vocación a la vida es el amor. El Dios del amor nos ha llamado a la vida para que vivamos de amor, por amor y en el amor; aquellos que no aman tienen dificultad para respirar correctamente y los que aman se sienten vivos. Segundo debes tener claro que donde hay un hombre hay una misión, tu vida tiene un “sentido” a partir de esa misión que te ha confiado Dios. El día que conozcas tu misión ese día comenzarás a vivir con alegría y paz.

La misión no se inventa, se descubre y para hacerlo debes conocerte a ti mismo, tus dones y potenciales. Haz como Jesús que meditaba, rezaba y algunas veces se retiraba a sitios apartados para entrar en comunión con nuestro Padre y finalmente cumplir con su misión. La búsqueda de tu misión no será un camino corto, tampoco puedes asumirla a conveniencia o temporalmente, muchas veces se encontrará acompañada de sacrificios.

Descubrir tu misión, te ayudará a llevar una vida auténtica, satisfacer una misión te asegura encontrar un sentido a tu vida, te dará razones para vivir y será el faro que alumbre entre las tinieblas del pesimismo. El amor y la misión van más allá de uno mismo y esto constituye la trascendencia de tu existencia, un sentido para vivir y un fundamento para ser feliz.

Hoy San Pablo nos repite estas palabras: “Pido que el amor crezca en ustedes junto con el conocimiento y la lucidez. Quisiera que saquen provecho de cada cosa y cada circunstancia, para que lleguen puros e irreprochables al día de Cristo, habiendo hecho madurar, gracias a Cristo Jesús, el fruto de la santidad. Esto será para gloria de Dios, y un honor para mí… pues para mí la vida es Cristo…” (Filipenses 1, 9-11.21). Somos, pues, llamados a vivir de amor, con amor, por amor.

Originalmente publicado en: https://catolicosconaccion.com/2015/05/06/llamados-a-vivir-en-el-amor/

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