¿El amor gana o el amor pierde?

Por: Melissa Nuñez | El Salvador

d27b5cfe8a26498a42a87141758912d7

Todo el mundo opina sobre sí está bien o no, según le parece, la legalización del matrimonio entre personas del  mismo sexo.  El problema es justamente que muchos opinan sin ninguna base más que lo que le dicta su propio sentimiento y la falta de instrucción en el tema. Y otros más listos,  cambian la realidad y la naturaleza para manipularla a su favor. Estamos ante un momento  en que las leyes se hacen  desde el voluntarismo de unos cuantos y no desde un razonamiento propio de seres humanos en busca del bien común.

Esta campaña del  lobby LGTBI (que está compuesto por unos cuantos, ni siquiera representa a toda la población homosexual, solo son unos pocos quienes buscan deconstruir, como ellos mismos dicen, la sociedad) nos ha apuntado en donde más fuerte  y ciegamente se arraigan los deseos, se ha encargado de debilitar el corazón a fuerza de programas televisivos y bombardeo  comercial, transmitiéndonos sentimientos de lástima, victimismo, diferencias disfrazadas de injusticias y caprichos confundidos con deseos de felicidad. (Aclaro que sí es una realidad que ellos son muchas veces víctimas de discriminación, algunas injusticias y que sí tienen derecho de felicidad, pero enfatizo que no todo lo que demanda este lobby es real o justo.) Se ha llamado a todo esto un derecho y se ha demandado que además está siendo violado por nosotros mismos, la sociedad, por nuestras leyes que protegen a los niños y a las familias  y por nuestra religión que considera  el matrimonio y la procreación  de orden sagrado.

El lobby LGBTI lucha por dar argumentos a favor pero para eso se valen de opiniones infundadas, deseos subjetivos,  apelan a los sentimientos, recurren a eufemismos, y hasta usan falacias para sonar razonables y convincentes, de forma que quien no esté acostumbrado a pensar de forma lógica teniendo los conceptos claros y usando un sentido crítico de la realidad, puede fácilmente caer en estas trampas.  “El amor gana” es una frase que ilustra la manipulación cuando la ideología de género ha dejado claro que su objetivo es puramente político y económico. No les interesa las personas, les interesa el poder.

La postura en desacuerdo con uniones entre personas del mismo sexo  por otro lado , provienen no de prejuicios como algunos creen, sino de razones basadas en las ciencias, la experiencia, los estudios, y sus desventajas pueden ser probadas con estadísticas,  con evidencias de la naturaleza y testimonios de la vida misma. Para participar en este debate, hay que remitirse a la etimología para ver que matrimonio significa matri: madre y monio:  condición o cuidado  del padre hacia la madre de unos hijos en común. Hay que conocer ética y bioética para juzgar con recto criterio cuales son los actos morales y lo que hace inmorales a otros, ya sea por su fin o por sus medios. Filosofía para saber el verdadero significado de verdad, bien, libertad, amor, razón  y afectividad, sentimientos y sentimentalismo. No se puede llamar libertad al libertinaje, ni amor al deseo, ni bien al placer. Si cambiamos los conceptos básicos, todo cambia. Con razón esta ideología se encarga de deconstruir primero el lenguaje para confundir a la gente. Para opinar en este debate hay que saber biología, neurociencias, y entender la homosexualidad como lo que es, un fenómeno  de investigación. Hay que saber sociología y sicología para comprender las necesidades de las personas y los efectos de su satisfacción o carencias, lo que significa salud o  enfermedad mental. Hay que saber sobre  leyes y entender que su objetivo ha sido el bien personal y el bien común, y hace falta algo tan básico como diferenciar entre un derecho y un deseo. Hay que leer sobre política y ver los alcances de las ideologías y sus objetivos para apoyarlos o rechazarlos. Y por supuesto hay que enterarse de estadísticas para no dejarse llevar por minorías que aparentan ser mayorías, y más bien ver la cantidad de hijos de estas uniones que no las apoyan porque han sido víctimas de estos experimentos sin ningún beneficio para nadie.

Es un tiempo en que urge estudiar y pensar, no solo  opinar sin más, hay que usar la razón para tomar decisiones, no solo los sentimientos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *