El embarazo entraña dificultades a menudo, pero el embarazo combinado con un cáncer diagnosticado es devastador. Esta es la situación a la que se enfrentó la modelo canadiense de origen letón Elizaveta Bulokhova en 2014. Estando de vacaciones en Amsterdam con su marido Roman Troubetskoi, lo que pensaba que era un dolor de dientes resultó ser cáncer. Los médicos le dijeron que tendría que abortar antes de someterse a quimioterapia.

“El niño estaba muy activo y a menudo le hablaba cuando aún estaba en mi útero,” dijo Bulokhova a Vice. “Tuve que decirle que dejara de moverse porque no podría tenerlo, y de repente lo hizo. Me escuchó, dejó de moverse.” En otra entrevista con Dailymail, añadió, “me dije a mi misma que aceptaría lo que fuera que el universo tuviera reservado para mi. Si mi hijo tiene que nacer, nacerá”

Afortunadamente existía una tercera opción para Bulokhova: la posibilidad de hacerle una cesárea. Tras consultar con los médicos, el pequeño Valentin nació 10 semanas antes de tiempo de forma segura. A Bulokhova se le amputó el 95% de su mandíbula, se la sometió a quimioterapia y en la actualidad está recuperándose. Recientemente ha posado para el artículo de Vice que cuenta su historia.

Actualmente los avances de la ciencia permiten tratar cualquier enfermedad que se presente durante el embarazo. El aborto nunca ha sido realmente una solución médica para sanar ningún padecimiento, el bebé es asesinado y la enfermedad persiste.

Esta sesión fotográfica es en la que ha posado como modelo más recientemente: