Este es el sonido que más odian los abortistas

Por: Ismael Fuentes

El otro día me dirigía hacia mi trabajo, tenía alrededor de cinco minutos esperando la ruta que había de conducirme hasta allá, cuando vino un primer bus de la 30-B que se llenó en seguida por lo que ni siquiera hice el intento de subirme. Después de todo detrás de un bus siempre viene otro. Pasados otros cinco minutos logré subir a un bus que estaba  vacío, con asientos libres,  lo cual sin exagerar es una enorme bendición cualquier día por la mañana en San Salvador.

En cuanto el bus inició marcha, se puso de pie una señora con biblia en mano y empezó a gritar la importancia de conocer a Dios por medio de su palabra, fue una prédica corta, pues la señora se bajó en la siguiente parada, luego cuando todo quedo en absoluto silencio, la gente empezó a prestar atención a las dos pantallas que iban en la parte de adelante del autobús, en ellas se exhibían anuncios de diferentes marcas, sin embargo, un momento clave llegó cuando por las pantallas se exhibió un pequeño spot que iniciaba con el sonido de un corazón latiendo, seguido de los pulsos que mostraba un electrocardiograma con el siguiente texto: “Este es el sonido que más odian los abortistas”, acompañado de un pequeño llamado a la conciencia “No permitas que lo callen. Déjalo latir” y finalizaba con el logo de la Fundación Si a la Vida,  un albergue de maternidad que trabaja en pro de la vida y ha salvado a muchos bebés del aborto en nuestro país.

Como joven y voluntario próvida me sentí emocionado al ver algo relacionado con la causa proyectado en un espacio público, sin embargo debo admitir que mi emoción aumentó al ver las reacciones de las demás personas que viajaban conmigo en el autobús. Un hombre, vestido de camisa formal y corbata asintió mientras su mirada denotaba que su mente había empezado a maquinar después de ver ese pequeño mensaje. Luego una mujer sonrió mientras su mirada me decía los mismo que la del hombre, una joven llevó su mano a la barbilla, mientras en su cara se veía la satisfacción de haber visto el anuncio, en general, pude notar que la mayoría de personas tuvieron una reacción positiva a lo que acababan de observar. Pocas personas reaccionaron confundidas, tal vez porque no terminaban de interiorizar el mensaje que contenía el pequeño anuncio. Absolutamente ninguna persona reaccionó de manera negativa, ninguna.

Ver ese pequeño spot en el autobús me hizo darme cuenta que el salvadoreño necesita ver más seguido buenas noticias, datos reales que sean esperanzadores, información verídica que le permita darse cuenta de lo que es real y lo que no lo es. Hay situaciones en El Salvador que deberían ser prioridad para los ciudadanos, como los intentos que amenazan contra la institucionalizad del Estado imponiendo un sistema de creencias y “valores” que no harán más que acabar con la poca moral que le queda a una ya distorsionada sociedad salvadoreña.

El lobby del aborto en El Salvador lucha incansablemente porque en el país se convierta en un derecho asesinar a seres humanos en el vientre de su madre, con el eufemismo que es “por ayudar a las mujeres y para defender los derechos fundamentales de género femenino” cuando la verdad es que el único interés real de estos grupos es el dinero. El aborto es un negocio millonario, muchos han cosechado grandes riquezas a costa de la sangre derramada de miles y miles de seres humanos que no llegaron a dar su primer respiro en este mundo.

En serio, tú que lees esto, ¿Vas a permitir que en El Salvador se apruebe un acto tan repudiable como el asesinato de seres indefensos que vienen a este mundo? ¡No lo permitas! Y presta más atención a la siguiente publicación que leerás en tus redes sociales, al siguiente a¿nuncio que veas en televisión, o incluso, la siguiente vez que te subas a un autobús.

Como escuché por ahí en estos días: “Una verdad, no deja de ser verdad por no se dicha”… (sonríe mientras recuerdas ese anuncio).

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