Soy portavoz del no nacido

Por: Alejandra Mijangos | México

1 Alejandra Mijangos - Soy portavoz del no nacido

“No es el hombre (…) quien ha de plantearse la pregunta por el sentido de la vida, sino que más bien sucede al revés: el interrogado es el propio hombre; a él mismo toca dar respuesta…” (Viktor E. Frankl)

La vida humana es el misterio más hermoso y enigmático -que tiene el ser humano- ante su existencia en el mundo. No basta cuestionarnos ¿quién es el hombre?, cuando tenemos que dar respuesta sobre el origen de la vida y su razón de ser. Mientras que definir al hombre resulta complejo por la diversidad de posturas filosóficas y religiosas; afortunadamente, es la ciencia la que se ha ocupado de darnos un dato fundamental: el inicio de la vida humana se sitúa en la concepción.

Diferir el tiempo del inicio del ciclo vital es peligroso para el propio ser humano. De esto depende que la mujer deseche de su cuerpo algo que le estorba; o que por el contrario, de muerte a alguien que no desea en su seno materno. Es decir, ‘el interrogado es el propio hombre’: ¿tiene derecho la mujer a decidir sobre su cuerpo? ¿Es el embrión o el feto parte de su cuerpo?…

Si le llamamos aborto a la muerte de un ser vivo en la fase prenatal de su desarrollo, el supuesto previo a la muerte ¡es la vida!: ¡donde hay muerte hubo vida! ¿Quién es el ser humano para decidir quién vive y quién no? La capacidad de decidir de la persona humana tiene nombre: Libertad. Libertad de elegir entre hacer lo correcto o errar el camino, pero también de levantarse después de duros tropiezos y equivocaciones que no tienen vuelta hacia atrás.

¿Qué significa todo esto para un ‘Joven Pro-vida’?  Significa que frente a la vida es libre.

Para ti –Joven Pro-vida-, ser persona humana es poseer y ejercer una libertad responsable. Eres libre y elegiste correctamente: cuidar la vida de tu prójimo como la tuya propia. Y nuevamente eres interrogado: ¿qué tanto cuidas de tu vida? Tu testimonio hablará más fuerte que tus palabras. El cuidado de tu persona será tu mejor argumento; mejor aún que tus publicaciones pro-vida en facebook y en twitter; mejor incluso que cualquier marcha y manifestación pacífica. No te desamines si el mundo entero no escucha tu voz que dice ‘sí a la vida’; el día que hayas predicado con tu ejemplo a tu vecino, a tu amiga, a algún familiar, a tu compañera de trabajo, al chico que se sienta a tu lado en el salón de clases, ese día nuestra lucha por la vida habrá valido la pena.

Lo que te corresponde es enseñar al que no sabe y corregir al que opina lo contrario: ¡la vida humana es un valor fundamental!

No nos corresponde juzgar a quien ya abortó. Tu labor será ser un instrumento, para que esa mujer -junto con nosotros-, sea futura portadora de la voz de aquellos que no son escuchados por no haber nacido aún. Recuerda que podemos juzgar los actos humanos pero a las personas nunca.

A veces sentirás miedo ¿quién no lo ha sentido jamás?, atemoriza ponerse de pie frente a cientos de personas que opinan lo contrario a nosotros. Pero de ahora en adelante, darás un firme testimonio -con el audaz ejemplo- del cuidado de tu propia vida y de la de aquellos que te rodean. Allí habitará la fuerza de tus palabras que dicen ‘sí a la vida desde la concepción’.

En tu mente y en tu corazón quedará inscrito:  Soy portavoz del no nacido.

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