La Integridad

La integridadLa integridad es mucho más que ser honesto: es hacer coincidir lo que se dice y lo que se hace. La integridad es un asunto de carácter personal. No es algo que se encienda y luego se apague. No se puede ser un líder con integridad si se actúa de una forma en el trabajo y de otra en casa. Los líderes que viven los valores que predican inspiran seguridad y confianza en quienes les rodean. Los valores que predican se vuelven realidad en las organizaciones que dirigen porque las personas actúan conforme a esos valores y los viven en sus organizaciones.

Se trata, sin duda, de afirmaciones elementales y profundas que, por ser verdaderas, nos persuaden a todos al escucharlas, aunque a veces resulte difícil vivir de acuerdo con ellas. La pretensión de que la integridad y la confianza presidan siempre las relaciones humanas y la organización de la sociedad es vista con recelo por muchas personas, quizá incluso la mayoría, que suelen descalificarla como un ideal imposible para quienes vivimos en una sociedad tan compleja y competitiva como la nuestra de principios del siglo XXI. Pero debemos estar convencidos de que se equivocan, pues -como todos comprobamos a diario- sólo los anhelos de verdad, de transparencia, de honradez, de comunicación afectuosa con los demás, son capaces de llenar de sentido nuestras vidas, y no lo son, en cambio, los afanes de poder, de prestigio o de simple bienestar material.

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