Por: Melissa Núñez
26 de enero de 2019, Panamá. En una masiva reunión de jóvenes y familias que quieren promover los valores de la unidad, las creencias, la solidaridad, la vida, la paz, la justicia social, cuentan su historia tres personas que descubrieron el sentido de su existencia. Unos padres que decidieron tener a su hija con Síndrome de Down. Un drogadicto que decidió dedicar su vida a los demás. Una joven que buscó la verdad y el valor de creer.
Comenta el Papa Francisco sobre estos 3 testimonios: «Abrazar la vida se manifiesta también cuando damos la bienvenida a todo lo que no es perfecto, a todo lo que no es puro ni destilado, pero por eso no es menos digno de amor. ¿Acaso alguien por ser discapacitado o frágil no es digno de amor? Les pregunto, ¿un discapacitado, una persona frágil es digna de amor? Otra pregunta, ¿Alguien por ser extranjero, por haberse equivocado, por estar enfermo o en una prisión no es digno de amor? »
Ser provida no es solo aprobar el nacimiento de pobres, enfermos, o desaprobar el aborto y la eutanasia. Ser provida es preocuparse por ayudar a todos, especialmente a los más indefensos que son exactamente ellos, los no nacidos, los niños, los ancianos, los enfermos. Luego comenta con energía que «el mundo no será mejor porque haya menos personas enfermas, menos personas débiles, menos personas frágiles o ancianas de quién ocuparse e incluso no porque haya menos pecadores; no, no será mejor por eso. El mundo será mejor cuando sean más las personas que, como estos amigos que nos han hablado, estén dispuestos y se animen a gestar el mañana.»
Está hablando de libertad de no dejar que las circunstancias nos determinen y obstaculicen nuestra superación. Hay obstáculos reales y dificultades patentes, existen las limitaciones económicas, de salud, sociales que influyen en el desarrollo de alguien, pero no existen las maldiciones, ni los destinos pre establecidos, no es real la condenación y los 100 años de mala suerte. ¿Por qué vamos a descalificar de una vez a los pobres, a las minorías étnicas, a los no nacidos, a los drogadictos, a los grupos religiosos como gente sin futuro, gente con pocas oportunidades, o gente menos apta para sobrevivir? ¿Acaso no somos nosotros negando esas oportunidades de crecimiento menos útiles? Sería más productivo generar esas oportunidades para estos grupos que simplemente desecharlos como si no fueran personas.
Cuando personas que dicen «Tengo el derecho a decidir sobre mi cuerpo» , «Tengo derecho de hacer lo que yo quiera», «Nadie me puede obligar , y menos el Estado o la Iglesia» tienen razón, tienen la capacidad de elegir y el derecho de expresarlo, lo que no tienen es la potestad de matar, marginar, ni violar los derechos de otros. Hay soluciones para las limitaciones, las injusticias, el sufrimiento, y entre todas las soluciones siempre hay unas más apropiadas o menos dañinas. Muchas veces la vida conlleva dificultades y enfrentar enfermedades y cargar a otros pero siempre será más humano soportar esas injusticias que ser nosotros lo que cometemos las injusticias, por el hecho de que apoyar personas ejercita el valor de la solidaridad que vale mucho más que el valor del bienestar material.
Nuestro país, El Salvador, no progresará cuando aprobemos el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto, la eutanasia y la marihuana, como piensan algunos, si no cuando el Gobierno y los ciudadanos se preocupen por los demás, por los pobres, los niños, los jóvenes, los desempleados, por proponer iniciativas que generen valores, optimicen recursos humanos y materiales que produzcan ganancias para todos dentro de una cultura del respeto mutuo y empoderamiento de los necesitados, en contraste con una cultura de la indiferencia como hemos visto estas décadas en todos los niveles sociales y que se refleja perfectamente en el plano político en El Salvador.
Una reunión de talla mundial en que todos asistentes, nos preparamos para vivir con más fuerza esos valores, conocer a profundidad la doctrina social que los sostiene y fomentarlos cada quien en su país. 140 países, 800 mil asistentes, todos a una.